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Tysabri cada cinco semanas

A veces ocurren cosas sin esperarlas y tienen la capacidad de soprendernos para bien e incluso facilitarnos un poco la vida. Es lo que me ha pasado a mí con el natalizumab (Tysabri), que ya de por sí es un tratamiento excepcional y me mantiene sin brotes y sin lesiones nuevas ni activas desde hace cuatro años y medio.

El natalizumab es un anticuerpo monoclonal que se administra mediante una infusión intravenosa a los pacientes en el hospital de día, donde se ocupan de todo y te cuidan y atienden estupendamente. Para desplazarme y poder recibir esta medicación yo necesito que alguien me lleve, normalmente un familiar, pues el hospital está a una hora de casa y me fatigo para conducir tanto tiempo por mí misma y para volver no estaría en condiciones óptimas puesto que el Tysabri empieza a cerrarme los ojos y hace que me sienta cansada, con dolor de cabeza y que me sea muy difícil mantener la concentración.

Debido a estas cuestiones de logística, durante el año pasado durante algunos meses cambié la fecha de administración de natalizumab para ponerlo cada cinco semanas en lugar de las cuatro habituales.

El neurólogo ya me había informado en su momento de la flexibilidad del Tysabri a la hora de posponer el día de la infusión y en el hospital de día me lo confirmaron explicándome que solo está permitido adelantarlo un día con respecto a la fecha programada y que para posponerlo no habría problema siempre y cuando estés dentro de los plazos contemplados por el laboratorio fabricante del medicamento.

Además, para los pacientes en tratamiento con natalizumab con un nivel alto de anticuerpos para el virus JC y con mayor riesgo de desarrollar LMP (leucoencefalopatía multifocal progresiva) se han realizado estudios clínicos ampliando el intervalo entre dosis a seis e incluso ocho semanas para reducir dicho riesgo, algo que ya se está aplicando y que se denomina EID por «extended interval dosing», siendo el plazo de las cuatro semanas habituales el SID, «standard interval dosing».

tysabri

Como os decía, este no es mi caso, ya que soy JC negativo, pero cambié las fechas sin problema por el tema del desplazamiento y tras poner el Tysabri cada cinco semanas noté que la primera vez llegaba justísima del cansancio tan profundo que arrastraba. Los que estáis con natalizumab sabéis que los primeros quince días estás con mucha energía pero la segunda quincena ya te vas quedando sin gasolina. Pues bien, para las sucesivas infusiones de Tysabri cada cinco semanas la cosa fue distinta y ya no llegaba tan justa sino que la energía estaba mejor repartida: ni el subidón es tan subidón, ni el bajón es tan bajón. Hoy llego al día 28 del ciclo y tengo mucho menos cansancio del que tenía antes y todavía me queda una semana para la infusión.

Es algo verdaderamente curioso que comenté con mi neurólogo y mi enfermera y hablamos sobre una posible reducción en la efectividad de la medicación, pero el Tysabri permanece en el organismo hasta cincuenta días. Verdaderamente cada persona es un mundo y nunca se sabe cómo nos van a sentar los medicamentos.

Ahora al ampliar el intervalo de dosis del natalizumab me siento mejor, hago menos desplazamientos al hospital a lo largo del año y aunque en la actualidad mis anticuerpos para el virus JC son negativos, también se contribuye a reducir ese riesgo potencial de seroconversión y posible LMP.

Ya sabéis que os cuento esto como una experiencia más de mi esclerosis múltiple, como algo que ha pasado de forma fortuita y me parece interesante comentarlo en el blog. En ningún caso estoy recomendando a ningún paciente cambiar su intervalo de dosis de natalizumab.

Más información (en inglés):

Saber o no saber

Recientemente se han publicado los resultados de una encuesta realizada en el Reino Unido en la que preguntaban a las personas con esclerosis múltiple si, de ser posible, querrían conocer el pronóstico de su enfermedad a largo plazo. Incluían cuestiones como en qué momento preferirías saberlo, si en el diagnóstico o más adelante o si supondría una carga emocional manejable. Para ampliar la información sobre este estudio haced click en este enlace de la web TiTi y la página en inglés PLOS ONE con todos los datos, que dan para mucho. Pero hoy me quedo con la pregunta del millón: ¿saber o no saber?

Si me hicieran la pregunta en esta etapa de mi vida, respondería afirmativamente. Diría que sí porque creo que sería la clave para escoger los tratamientos de una forma mucho más acertada y evitando riesgos. Se podría retrasar la aparición de síntomas, anticiparse a posibles efectos secundarios y retardar la progresión de la EM. Los pacientes podrían comenzar una terapia física antes de que fuera demasiado tarde, lo que ocurre en muchos casos, e ir ajustando su estilo de vida desde el diagnóstico introduciendo cambios en el descanso y en la alimentación.

Pienso que de existir esta posibilidad, habría podido comenzar el tratamiento desde el minuto uno y empezar una lucha más activa contra la EM. Creo que con un tratamiento preventivo mi organismo no habría estado tan desprotegido ante los brotes más fuertes y no le habrían pillado por sorpresa. También habría comenzado a informarme de la enfermedad mucho antes y hubiera aprendido a escuchar mejor las señales que manda el cuerpo.

En mi opinión, en el supuesto caso de disponer de la tecnología y los marcadores adecuados para conocer el pronóstico de la EM, estaríamos ante la siguiente mejor noticia por detrás de la cura definitiva de la enfermedad y de la regeneración de la mielina y la reparación de los axones. Sería como tener una bola de cristal que nos permitiera ver el futuro y no solo adelantarnos a los acontecimientos, sino también modificarlos o como mínimo, estar mejor preparados de lo que estamos ahora para el momento de su llegada.

Ahora, a toro pasado y conviviendo con la EM es fácil para mí valorar esta cuestión hipotética. Pienso que haber sido posible conocer cómo iba a evolucionar mi enfermedad, haberlo sabido al principio hubiera sido extraño y desmoralizante y ante tal proposición no sé qué hubiera dicho. Después de una neuritis óptica que no me afectó significativamente, todo iba normal, entonces una cosa es que te digan lo que puede pasar y otra es saber cómo se las gasta esta enfermedad y hasta dónde puede llegar porque lo estás viviendo en tus propias carnes. Ahí está el verdadero choque entre el dicho y el hecho, entre las previsiones y la realidad, y la espera se habría hecho difícil de soportar.

saber

Siento que de haber conocido el pronóstico habría dejado de perseguir la carrera marítima. Cosa que tampoco hubiera sido fácil, pero podría haber estudiado otra cosa en lugar de invertir tiempo, esfuerzo y dinero en algo que no me hiciera sentir tan inútil hoy en día. No me malinterpretéis, si uno tiene la posibilidad de estudiar lo que sea, creo que lo mejor es aprovechar la oportunidad y aprender todo lo posible de esa experiencia, pero el sentimiento de frustración y la sensación de que mi formación se ha ido por la borda siguen ahí, y nunca mejor dicho.

Pero claro, igual que no tenemos una máquina del tiempo para viajar al pasado, tampoco podemos viajar al futuro. Recibo el diagnóstico a los veinte años, sin tener ni idea de lo que es la EM. El neurólogo diciendo que puede que no ocurra nunca más en la vida y que no quiere darme tratamiento para no condenarme a pincharme un día sí y otro también porque soy muy joven y porque no se sabe lo que va a pasar. ¿Qué otra información tengo para decidir? ¿De quién me fío? ¿Qué voy a hacer? La respuesta de los médicos se formula en tres palabras mágicas y es la misma que para todos los recién diagnosticados: haz vida normal.

Y cuando poco después sufrí nuevos brotes vi que la recomendación unánime por parte de los profesionales era la de no tomar decisiones drásticas ni durante ni justo después de un brote. La química cerebral de los pacientes está alterada y no es el momento adecuado para considerarlo. Aunque se haya contemplado con anterioridad, en mitad de un brote no se recomienda hacer cosas del tipo dejar de trabajar o dejar de estudiar, hacer una compra considerable como un coche o una vivienda… No es aconsejable porque el riesgo de arrepentimiento es elevado y ese tipo de decisiones son difíciles de deshacer.

Por eso, entre que me recupero del brote, me adapto a las secuelas y todo vuelve a esa vida normal que dicen los médicos el tiempo se me echa encima y me quedo sin opciones. Además, consideré siempre que lo mejor para mi salud física y mental era mantener la rutina y no introducir cambios sustanciales.

Pero en definitiva sigue siendo imposible en la actualidad conocer cómo va a evolucionar nuestra esclerosis múltiple. Fijaos que utilizo las formas verbales en modo subjuntivo o en tiempos condicionales, pues a pesar de que me han asaltado en numerosas ocasiones y la cuestión es ciertamente interesante, estos pensamientos míos no dejan de ser pura especulación.

Y vosotros, si os dieran a elegir, qué preferiríais ¿saber o no saber?

Encuesta de la EFNA a personas con enfermedades neurológicas

La European Federation of Neurological Associations (EFNA) ha iniciado una encuesta orientada a todas aquellas personas que convivan con una enfermedad neurológica.
logo efna
Los objetivos son:
  • Conocer el impacto en el hogar, el trabajo, los estudios y la vida social de los afectados.
  • Explorar la conexión con otros trastornos relacionados: bienestar mental, dolor crónico, problemas urinarios e intestinales, disfunción sexual, etc.
  • Evaluar las tasas de satisfacción con el tratamiento y la gestión.

 

Los datos obtenidos se compilarán en un libro que será elevado a los órganos legisladores europeos para demostrar que las enfermedades neurológicas deben considerarse una prioridad. Por ello resulta de gran interés reunir el mayor número de respuestas relativas a múltiples trastornos, procedentes del mayor número posible de países. Al participar, tu país y tu enfermedad estarán representados por el Grupo de Interés en Salud Mental, Bienestar y Trastornos Cerebrales del Parlamento Europeo.
Los resultados se publicarán de forma global, por países y por enfermedades, gratuitamente.
La encuesta se completa en unos 15 minutos y está disponible en varios idiomas:
Informa a tus familiares, amigos y conocidos para que participen en la encuesta. También pueden responder los cuidadores en nombre de una persona afectada que no esté en condiciones de hacerlo por sí misma.
La fecha límite es el viernes 9 de enero de 2015.
¡Participa!

Conclusiones después de las Jornadas Científicas de EM

Felicito a la Asociación Asturiana de Esclerosis Múltiple por organizar estas jornadas científicas un año más y agradezco el esfuerzo y la participación de todos los ponentes que han colaborado. Os resumo las ideas que han sido (para mí) más importantes:

jornadas cientificas esclerosis multiple oviedo 2014

 

  • En el ámbito de las prestaciones sociales y laborales, la esclerosis múltiple se tiene en cuenta de forma expresa y existe un mayor reconocimiento a nivel administrativo. Las últimas sentencias se hacen eco de la esclerosis múltiple: el hecho de que se conozca más la enfermedad, hace que tenga una trascendencia reflejada en la práctica. Recordemos que la enfermedad y sus consecuencias son distintas para cada persona y no se pueden evaluar igual.
  • No hay una dieta específica que mejore los síntomas de la esclerosis múltiple. La recomendación es la misma que para cualquier persona no afectada: perder peso para mejorar la movilidad, fraccionar las comidas durante el día para reducir la ansiedad, tomar raciones más pequeñas y restringir el aporte calórico. Además, para evitar el estreñimiento (especialmente en personas con movilidad reducida) se recomienda tomar fibra y abundantes líquidos, así como hacer algún tipo de ejercicio físico. Es preferible obtener los nutrientes directamente de los alimentos, no de los suplementos.
  • En los resultados de una encuesta realizada a 75 pacientes de esclerosis múltiple, quedó reflejado que aproximadamente la mitad de los encuestados no estaban recibiendo ningún tipo de rehabilitación. La percepción de la calidad de vida de los encuestados es buena, a pesar de las dificultades, y es directamente proporcional al nivel económico.
  • Con respecto a los factores ambientales que pueden influir en la aparición de la esclerosis múltiple, me gustaría destacar la hipótesis higiénica que afirma que el poco contacto con gérmenes y virus en la infancia nos predispone a desarrollar enfermedades autoinmunes. En los países con mayor nivel de desarrollo económico aumenta la incidencia de estas enfermedades. Por ejemplo, las personas que hayan estado en contacto con el virus de Epstein-Barr en la adolescencia (y hayan desarrollado mononucleosis) tienen 2,3 veces más riesgo de padecer esclerosis múltiple, pues el virus reside latente en el cuerpo en los linfocitos B.
  • En cuanto al consumo de tabaco, debemos incentivar su abandono, pues la nicotina aumenta la permeabilidad de la barrera hematoencefálica. Los fumadores tienen un 50% más de riesgo de padecer brotes y alteraciones relacionadas con la esclerosis múltiple, y desarrollan más discapacidad en menos tiempo.
  • Por otro lado, se han realizado algunos estudios en países del norte de Europa que demostraron que pequeños incrementos de vitamina D, que inhibe la proliferación de linfocitos T, disminuyen los brotes en un 10%.
  • Para tratar la fatiga, debemos seguir una serie de consejos higiénicos como seguir un ritmo adecuado de sueño, planificar nuestras actividades y hacer calendarios, incluir períodos de descanso y establecer límites sobre lo que podemos hacer o no.
  • Para tratar los trastornos de la marcha, se recomienda la fisioterapia (en la medida de lo posible) y el nuevo medicamento fampridina (Fampyra) probado en pacientes de los hospitales asturianos ha dado mejores resultados que los esperados por los propios médicos, con independencia del tipo de esclerosis múltiple y del tratamiento de base. Lo ideal sería disponer de medios suficientes para que los pacientes con esclerosis múltiple realizaran algún tipo de rehabilitación todos los días.
  • Estamos en un momento en que aparecen nuevos tratamientos, como el interferón pegilado (Plegridy) cada 2-4 semanas, Copaxone 40mg 3 días a la semana, alemtuzumab (Lemtrada), teriflunomida (Aubagio) y dimetilfumarato o BG-12 (Tecfidera). En los dos primeros tratamientos, ya conocidos, se modificaría la frecuencia de administración. De los tres últimos tratamientos, todavía existen muchas dudas acerca la eficacia, la seguridad y los efectos secundarios a largo plazo, así como de su efectiva incorporación a la cartera de medicamentos de los hospitales españoles por cuestiones de carácter económico. La parte negativa es que las formas progresivas de la esclerosis múltiple continúan siendo las grandes olvidadas.

 

La Fundación Derecho y Discapacidad realiza un estudio sobre las necesidades de la familia con miembros con discapacidad

Consiste en un cuestionario realizado por la Fundación Derecho y Discapacidad para ser cumplimentado por los familiares de personas con discapacidad y una entrevista destinada a los profesionales de diferentes disciplinas y con distinto grado de experiencia en apoyo, atención o intervención familiar con la finalidad de poder contribuir en la mejora de las políticas y estrategias públicas al respecto.
Todos aquellos que deseen contestar a alguno de estos dos documentos, enviadlos directamente a:

coordinacion@fderechoydiscapacidad.es

Entrevista¡Os animo a participar!