Me encanta leer. Es la favorita de mis aficiones, y siempre lo ha sido.
En el pasado Día del Libro, recordé cuánto me gustaba leer ya desde que era una niña, los libros que había por casa y los que sacaba de la biblioteca, desde libros de cocina hasta diccionarios, pasando por revistas y libros de poesía.
Es importante aprender a leer cuando somos niños, para entender nuestro entorno y poder aprender más y más cosas, pero el concepto evoluciona a medida que crecemos y además de no tener mucho tiempo, la lectura no despierta el mismo entusiasmo.
Durante mis estudios universitarios dejé aparcada la lectura como forma de ocio porque me parecía que leía libros de texto de sobra para cumplir con las obligaciones que implica ser estudiante y en mi tiempo libre no me apetecía leer más. También hacía resúmenes, esquemas, tomaba apuntes en clase, hacía trabajos utilizando el ordenador y la pantalla era otro factor que se sumaba al cansancio de mi visión.
Las neuritis ópticas que sufrí a raíz de la esclerosis múltiple me hicieron más consciente del cuidado que necesita nuestra vista. Desde entonces acudo a oftalmología al menos una vez al año, para cerciorarme de que mis ojos están bien y los problemas se quedan en el nervio óptico.
Moderé todo lo posible las actividades propias de los estudiantes e introduje descansos cerrando los ojos durante unos segundos cada cierto tiempo y me procuraba una buena iluminación, siempre sentada en una postura cómoda para evitar la fatiga. Seguí estudiando, pero a otro ritmo.
Cuando terminé, retomé mi afición favorita y desde entonces no he parado. Soy socia del Círculo de Lectores y hace poco me regalé a mí misma un lector de libros electrónicos (¡menudo invento el Kindle! y los servicios de lectura sin límites). Me encanta aprender historia, conocer biografías, distraerme con novelas, las vidas y los mundos de sus personajes.
Tener una enfermedad crónica como la esclerosis múltiple te obliga a estar informado, y por tanto a leer, tanto textos médicos publicados por especialistas o asociaciones, como noticias relacionadas, o como los blogs de otros pacientes como yo. Es una nueva clase de textos que ya ha pasado a formar parte de mi biblioteca.
Decía Oscar Wilde que para escribir, uno sólo necesita tener algo que contar y contarlo. Aún así, procuré leer una cantidad razonable de libros antes de comenzar con este blog, porque leer amplía mi vocabulario, hace que me exprese bastante bien al contar historias, tanto hablando como escribiendo, y pensé que mi experiencia con la esclerosis múltiple se entendería mucho mejor.
Sin duda alguna leer es la puerta del conocimiento pues nos abre a tener curiosidad entre mas lee uno, en lo personal me fascina la literatura sobre todo el genero romántico porque me encanta verle el lado bueno a las cosas y sin importar lo que ocurra hay algo de esperanza tras todo ese caos que vemos no tener fin y en la lectura es cierto lo que dice hasta cierto punto me siento identificado con sus aportaciones pues amplia el vocabulario que nos acompaña ademas de persuadirnos palabra a palabra a continuar con ello.
Yo soy más de novela histórica, pero intento leer cosas de diferentes autores. Algo genial de la lectura es que te permite vivir las vidas de los personajes y ponerte en su lugar e imaginar lo que harías tú. Para mí leer es una actividad que no puede faltar en mi vida. Es una pena que ahora el cerebro piensa más despacio y la vista se cansa más, pero sigo leyendo porque creo que así ampliamos nuestra reserva cognitiva.
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